Katy Trias: «La discriminación positiva no es buena»

La directora general de la Fundació Catalana Síndrome de Down habla sobre los retos de estas personas. 

¿Cuáles son los principales retos que tienen, actualmente, las personas con síndrome de Down?

Las personas con discapacidad han de hacer frente a la percepción social de personas incapaces y dependientes habiendo de demostrar cada día sus posibilidades y qué son capaces de realizar, con los apoyos necesarios, cualquier actividad de la vida e incluso poder vivir de forma independiente.

Es cierto que son personas que requieren apoyo y que pueden ser más vulnerables, por eso, el principal reto consiste en combinar medidas de protección jurídica con el mantenimiento de los derechos básicos de autodeterminación, eso quiere decir poder decidir por sí mismo sobre los temas de su interés y también sobre su salud, poder realizar negocios jurídicos, poder votar, poder gestionar su patrimonio… Para ello hay que garantizar que la persona tenga la información correcta, adecuada y adaptada y los apoyos para poder gestionarse. En este sentido, la figura del asistente que contempla el Código Civil catalán es un buen instrumento que substituye figuras más invalidantes para la persona como es la incapacitación.

Jurídicamente están protegidos por el Estado español. Me gustaría que hiciera un balance de las políticas que la actual legislatura ha hecho y que han interferido (para bien o para mal) en las personas con discapacidad

El Estado español firmó el Protocolo de anexión a la Declaración de los Derechos de las Personas con Discapacidad que las igualaba en derechos a todas las personas. Eso implica la plena inclusión, el derecho a tomar decisiones, la igualdad de oportunidades y la no discriminación en todos los ámbitos. Pero para que esta declaración no quede en papel mojado es indispensable poner los recursos necesarios, tanto de personas como en logística e infraestructura. Esto es justamente lo que en esta legislatura ha disminuido. No invertir en políticas de igualdad o de inclusión implica no promocionar los derechos de las personas y, por tanto, no cumplir con la Declaración de los Derechos de las Personas con Discapacidad.

«La dificultad en las aulas para maestros y profesores está en la gestión de más de un currículo en la clase»

En el año 2006 Naciones Unidas aprobó una Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que establece que éstas tienen los mismos derechos que cualquier otra persona. Me gustaría saber su opinión sobre la manera en actualmente se integran (o no) las personas con discapacidad en el sistema educativo español.

Actualmente, las personas con discapacidad están reconocidas como sujetos susceptibles de aprender y, por tanto, la mayoría de los maestros y profesores de los centros educativos aceptan sin problema a esta población. Sin embargo, el sistema educativo todavía está en proceso de una inclusión de calidad puesto que no es una tarea fácil.

No podemos hablar de discapacidad en general puesto que las personas con discapacidad auditiva, motriz o visual tiene mejores perspectivas de integración. La dificultad en las aulas para maestros y profesores está en la gestión de más de un currículo en la clase. ¿Cómo enseñar la suma, el concepto de número o la resolución de problemas al mismo tiempo? Sin embargo, estamos en este proceso, gracias a los servicios y profesionales que se han ido creando estos últimos años (equipos psicopedagógicos, maestros de educación especial, educadores, técnicos de educación infantil, centros de recursos especializados...) y al conocimiento de los tutores de aula. Ya hay experiencias exitosas que nos indican que es posible generalizarlas.

Finalmente, hay que decir que siempre entendemos los beneficios de la inclusión educativa dirigida al alumno con discapacidad pero, para nosotros, recae también un gran beneficio en los demás alumnos sin discapacidad puesto que la enseñanza que reciben de sus compañeros con discapacidad es inmensa. Sólo con este aprendizaje en las aulas podremos hacer una sociedad más justa en el futuro.

«La discriminación positiva no es buena y huimos de ella»

¿Cuáles son los principales retos en la integración laboral? ¿Es buena la discriminación positiva hacia estas personas?

El trabajo para las personas con discapacidad en el mundo laboral ordinario es un derecho fundamental y, a su vez, aporta unos beneficios sociales importantes a la persona (autonomía, responsabilidad, crearse elementos de identidad, crear un proyecto de vida independiente, etc.)

La integración laboral es un camino que requiere de diferentes recursos de carácter formativo, de orientación y seguimiento a la persona, a la familia y a la empresa, y de seguimiento, apoyo previo y posterior, a la incorporación al puesto de trabajo y a lo largo de toda la vida laboral.

El principal reto es que las empresas trabajen en este camino y conozcan las posibilidades laborales que tienen estas personas.

Por otro  lado, la discriminación positiva no es buena y huimos de ella. Así lo explicamos a los entornos laborales para que no hagan concesiones a los trabajadores con Síndrome de Down u otras discapacidades. El referente siempre es seguir los criterios de normalidad.

 «Nunca hay que utilizar términos como los discapacitados sino que hay que hablar de personas con discapacidad»

¿Es correcto usar el término discapacidad? ¿No resulta peyorativo?

Actualmente vemos que se utilizan distintos términos como discapacidad, diversidad funcional, capacidades diferentes... Desde la Fundación trabajamos para que se ponga siempre en primer lugar a la persona. Por ejemplo, nunca hay que utilizar términos como «los discapacitados» sino que hay que hablar de personas con discapacidad, ya que se corre el riesgo de que la discapacidad eclipse a la persona.

Desde la Fundació Catalana Síndrome de Down ¿qué actividades llevan a cabo para lograr una mayor inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad? 

Desde la creación de la Fundación, en 1984, nuestro objetivo ha sido la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad. Nuestros servicios abarcan todas las etapas de la vida de la persona, desde que una familia conoce el diagnóstico de su hijo con Síndrome de Down hasta la edad adulta. Contamos con un servicio de seguimiento en la etapa escolar, que trabaja para la inclusión de los niños en las escuelas ordinarias; el servicio de integración laboral, para facilitar que las personas puedan trabajar en empresas ordinarias; con el servicio 'Connecta' ofrecemos una formación y un ocio con las mismas oportunidades que tienen las personas sin discapacidad; hasta llegar a la vida adulta.

Los participantes en nuestro servicio de 'Apoyo a la Vida Independiente' deciden dónde y con quién quieren vivir (ya sea solo, en pareja o con amigos), y nosotros les prestamos el apoyo necesario para que puedan llevar a cabo ese proyecto de vida. Paralela y transversalmente trabajamos con las familias, las escuelas, las empresas, la comunidad, etcétera, para que esta inclusión en todos los ámbitos de la vida sea lo más consolidada y satisfactoria posible.