Sami Naïr: «Los bombardeos pueden debilitar a los terroristas pero no los van a vencer»

Publicado en por vivienblog

Sami Naïr, politólogo.

Sami Naïr, politólogo.

El politólogo francés asegura que los ataques terroristas de Daesh son sólo el comienzo de un conflicto que va a durar mucho tiempo. 

"Francia está en guerra, esa es una realidad", así empieza esta conversación Sami Naïr en la que analiza los atentados terroristas cometidos en Europa. 

 

Naïr no justifica las razones fundamentalistas que aludieron los criminales pero advierte que son "una consecuencia de la fallida estrategia geopolítica de Francia y sus aliados".

 

Tras haberse cometido los atentados, con un poco de cabeza fría ¿Cómo podemos leer los atentados?

 

Sami Naïr: Los atentados de París, por ejemplo, fueron consecuencia de una situación social y geopolítica. Social en el sentido de que se trata de jóvenes franceses y belgas que viven en barrios excluidos, marginados y que no tienen ninguna posibilidad económica.

 

Se trata de un problema de una pequeña parte de la población que cae en manos de especialistas de la manipulación religiosa que, además, es una manipulación política. Son jóvenes que, en realidad, no tienen personalidad individual ni tampoco tienen personalidad social porque, en su mayoría, tienen dificultades económicas. El problema es que se van a Oriente Medio y allí se les da una personalidad, los convierten en comandantes y vuelven como bombas a su país de origen, en Francia.

 

No hay que establecer una correlación entre la gente que vive en las banlieues parisinas -barrios de la periferia- y estos jóvenes. El problema es mucho más complejo. Se trata de jóvenes con vidas familiares destrozadas y futuros económicos inciertos.

 

Tampoco hay que olvidar las razones geopolíticas del problema. Francia está metida en una intervención militar contra Daesh (denominación para el Estado islámico) como respuesta a los fundamentalistas que le están haciendo una guerra.

 

¿Por qué estamos en esta situación y qué hay qué hacer? son otras cuestiones que están vinculadas. El problema de estos jóvenes no se puede solucionar únicamente con una retórica guerrera ni solamente con bombardeos, el problema es mucho más complejo y para actuar hay que ver cómo ayudar a salir de la pobreza a los menos favorecidos.

 

¿Hay crisis del modelo de integración?

 

No. Esa es una de las interpretaciones más corrientes que han ofrecido algunos medios y que es incorrecta. Por supuesto que hay problemas de la sociedad francesa pero no son problemas exclusivos de la juventud musulmana sino de un buen número de franceses.

 

En Francia hay una crisis social y económica importantísima que ha deteriorado las capas pobres y medias. Esta crisis tiene origen, además, en el proceso de la Unión Europea y en la transformación inadecuada de su modelo económico y social.

 

En las banlieues los problemas son mucho más agudos porque son barrios marginales. Pero también se puede demostrar que en estos lugares viven centenares de jóvenes que se están integrando a la República. Estamos ante un problema de integración global, no particular.

 

Para saber esto le doy un ejemplo: en París cuando la Policía hace los controles en el metro no pide el nombre de las personas, ni se fija en su color de piel, pregunta el barrio dónde viven y, a partir de ese dato, detienen o dejan pasar a la gente. Con lo cual, hay una problemática en la recomposición del conjunto del sistema social francés.

 

 "Yo creo que hay un fracaso terrible por parte del Gobierno de Hollande"

 

¿Le parece que François Hollande está atacando el problema de manera adecuada?

 

Yo creo que hay un fracaso terrible por parte del Gobierno de Hollande, pero también hay un fracaso de todos los gobiernos, desde los años ochenta, con independencia de su ideología. Ninguno de esos gobiernos ha tenido un programa social satisfactorio. Ahora se ha agudizado el problema porque Francia se ha sometido a la política ultraliberal de la Unión Europea que consiste en cortar el Estado de Bienestar. De esta manera se está destrozando la capacidad de integración social no sólo en Francia sino en varios países.

 

Hollande ha intentado hacer algunas cosas, ha puesto algo de dinero, pero es artificial porque hay que saber que en Francia, que es un país cuyo PIB es uno de los más importantes del planeta (es el quinto a escala mundial), existen ocho millones de pobres, eso es muchísimo para un país desarrollado.

 

¿Cree que el problema es sólo socioeconómico? Recordemos que los terroristas aluden razones fundamentalistas religiosas...

 

El problema es social. Francia es un país laico y su laicidad está organizada de tal manera que permite un islam tolerante y moderado. El 99% de la población musulmana de Francia ha logrado integrarse. La semana pasada, por ejemplo, las organizaciones islamistas publicaron un texto más laico que todos los publicados por la Iglesia católica y los judíos. En éste se identifican como franceses y respetan la laicidad. El problema es que hay un racismo y una xenofobia antimusulmana por razones históricas. Es un problema, además, de racismo social que se reviste de racismo ideológico porque es gente pobre que no ha podido escalar socialmente. También, debo decir, que es un problema geopolítico porque los fundamentalistas consideran que están haciendo una guerra contra, lo que ellos denominan, el imperialismo francés.

 

Trabajar sobre un tejido tan complejo no es fácil y la verdad es que el Gobierno no ha podido elaborar una verdadera estrategia para afrontar esos problemas. Lo que sí es seguro es que lo que está pasando en Oriente Medio va a durar muchísimo tiempo. Daesh es únicamente una pequeña consecuencia de esta situación. Haber destrozado Irak, Siria y Libia, ha sido un grave error.

 

No basta con erradicar a Daesh como piensa Hollande, lo que hay que hacer es solucionar el problema de Irak, que fue destrozado por Estados Unidos y el Reino Unido. Recordemos que el dirigente de Daesh es un sunita iraquí.

 

Los bombardeos de Francia pueden debilitar a los terroristas pero no van a vencer a Daesh, la única manera de hacerlo es proponiendo una solución política global para los conflictos de Oriente Medio.

 

 

¿Le parece que los medios de comunicación están haciendo el cubrimiento adecuado de los atentados?

 

Dentro de lo que cabe creo que sí es adecuado. Sin embargo, son pocos los que verdaderamente plantean el problema desde una perspectiva histórica. Habría que explicar el problema de Irak y sus raíces. Algunos medios prefieren hacer hincapié sobre los efectos de la guerra o sobre el carácter fanático de esta gente pero olvidan la razón fundamental por la cual estamos en esta situación.

 

La explicación genética del asunto es que no se trata de fanáticos abstractos, son personas que viven las consecuencias de una desafortunada situación geopolítica.

 

¿Cuál es su opinión del Pacto Antiyihadista que se plantea en España?

 

Es el resultado de una política en contra del terrorismo. Es necesario tener una estrategia consensuada y hay que implicar a todos los partidos políticos porque se trata de un asunto que tiene que ver con la seguridad del país. Es positivo pero queda la respuesta a la cuestión de ver cómo España va a intervenir en este conflicto. Los terroristas son enemigos invisibles que pueden golpear en cualquier parte y, además, tienen entre ellos una herramienta más peligrosa que cualquier arma: Internet, a través del cual llegan a cualquier parte y a cualquier mente débil, como estos chicos pobres franceses. Ante esto, es pertinente la unión de las fuerzas políticas contra el terrorismo.  

 

"Paradójicamente, la única persona que tuvo una actitud humanitaria frente a los refugiados fue Angela Merkel" 

Este ataque terrorista justo coincidió con la mayor crisis migratoria a la que ha tenido que hacer frente la Unión Europea ¿Cree que el terrorismo le hizo un flaco favor a los movimientos xenófobos?

 

Yo diría que la ultraderecha francesa de todas maneras iba a crecer con o sin los atentados. Diría, también, que frente a los atentados en París los partidos políticos de derechas normales -yo considero que el partido de Marine Le Pen es anormal por no decir subnormal- no han desarrollado una retórica de guerra sino que intentaron calmar la situación. El partido de Le Pen ha hecho de la retórica antiislamista un modelo de movilización y eso es peligroso. Es el mismo objetivo de Daesh: provocar a la población francesa para que actúe contra los musulmanes. Le Pen no actúa como terrorista pero, al igual que Daesh, usa el discurso del odio.

 

¿Ha aumentado la xenofobia?

 

Hay un peligro de aumento. Estos ataques que, como lo dijimos antes, coinciden con la crisis de refugiados, no pueden ponerse en paralelo. Son dos problemáticas diferentes. Hubo un intento de querer interrelacionarlas. En los ataques de París la Policía encontró un pasaporte sirio que supuestamente tenía las huellas dactilares de un refugiado, días después se conocía que no era cierto. Es curioso que los medios de comunicación no hayan corregido esa información...

 

¿Cuál es su opinión del manejo de la crisis migratoria por parte de la Unión Europea?

 

Creo que la Unión ha tenido una política burocrática, tibia e hipócrita. Burocrática porque frente a la demanda de socorro han sacado textos que afirman que no podemos acoger más gente o que hay que acogerla a través de cuotas. Paradójicamente, la única persona que tuvo una actitud humanitaria, aunque después tuvo que cambiarla, fue Angela Merkel quien dijo, al comienzo de la crisis, que había que acoger a un buen número de personas.

 

Sin embargo, la ayuda ha sido tibia porque el dinero que se ha puesto es ridículo y, por último, digo que la Unión Europea ha tenido una postura hipócrita porque ha permitido que en España, por ejemplo, se acojan sólo a 12 personas formalmente con la excusa de que es un número al que el Estado puede dar todas las garantías. Es inexcusable no querer ayudar a quien se está ahogando en el mar. 

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