Ángel Gabilondo: «Formar trabajadores y no ciudadanos nos degrada como sociedad»

Publicado en por vivienblog

Ángel Gabilondo.

Ángel Gabilondo.

El ex ministro de Educación de España asegura que el sistema educativo actual no es el adecuado para el país.

Teniendo en cuenta su experiencia como ministro de Educación y su actual condición de miembro del Comité de Expertos que elaboró el programa electoral del PSOE, por favor, enumere los principales déficits o errores que se incluyen en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) aprobada en esta legislatura por el Partido Popular.

 

La Ley plantea un primer problema en su concepción, donde se han ignorado el diálogo, el consenso y las sugerencias  y propuestas de los miembros de la comunidad social y educativa. Si estas condiciones no se cumplen, cualquier revisión legislativa está abocada al fracaso y a ser modificada cada vez que cambie el signo del gobierno y no habrá la necesaria estabilidad.

 

La importancia y amplitud de los actuales y futuros retos educativos exigen una política de Estado, con una amplia base social y política. Será imposible abordar los desafíos de la educación del siglo XXI sin acudir al diálogo y al entendimiento.

 

Además de este vicio de origen, la Ley plantea más deficiencias. No se acompaña de análisis rigurosos acerca del sistema educativo vigente; de sus puntos fuertes y débiles y, por tanto, del porqué de las medidas que sería más conveniente proponer a debate para mejorarlo. Destila una absoluta falta de equidad para los estudiantes menos favorecidos por motivos económicos, sociales o personales, proponiendo diversos sistemas segregadores a lo largo de la vida escolar. Es una Ley que trata de justificar los recortes económicos de los últimos años. Sin querer presentar una lista excesivamente detallada, quizás merezca concluir destacando sus limitaciones a la participación democrática de la sociedad en la vida escolar.

 

Los informes PISA constituyen uno de los motivos a los que se alude para justificar la reciente reforma educativa. Se insiste en la necesaria mejora de la calidad. En estos informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), no obstante, España es uno de los países que muestra mejores resultados desde la perspectiva de la equidad. ¿Es posible mejorar los resultados de los alumnos de 15 años en comprensión lectora, competencia matemática y científica sin que ello conlleve la renuncia a la compensación de las desigualdades como uno de los principales objetivos de la escuela?

 

Agradezco la orientación de la pregunta. El informe PISA contiene muchos elementos aunque normalmente la información se restringe a los resultados de unas pruebas de competencias básicas concretas que colocan a los países en un orden sin mucho interés, toda vez que las diferencias de valores son pequeñas. En efecto, el informe incluye muchos otros elementos, por ejemplo la búsqueda de factores que afectan al rendimiento, como puede ser el nivel sociocultural de las familias o los mencionados resultados en función de la equidad.

 

Cualquier sistema educativo que se precie de preocuparse por el bien de la sociedad en su conjunto no puede sino contestar afirmativamente a la pregunta. Se trata de un componente irrenunciable y obtener buenos resultados sin equidad supone tanto fracaso como el hecho de que los resultados  no sean positivos.

"La LOMCE destila una absoluta falta de equidad y trata de justificar los recortes económicos de los últimos años"

La preocupación por la calidad educativa ha motivado las reformas de la LOCE (Ley que no entraría en vigor) y de la LOMCE. El concepto de calidad que estas leyes manejan se identifica con un modelo educativo que favorece la empleabilidad y la competitividad. En su opinión ¿este concepto de calidad no se encuentra excesivamente ideologizado? ¿Cuál es el concepto de calidad educativa que se propone desde los sectores políticos progresistas?

 

Si me permiten expresarlo con una ecuación Calidad= excelencia + equidad. El desafío de la educación en nuestro país, y me atrevo a afirmar que esto es cierto en cualquier otro, es conjugar calidad y equidad. Diseñar un sistema educativo que sólo se preocupa de formar buenos trabajadores pero no se ocupa de formar ciudadanos sólo puede llevar a una nación a la degradación social.

 

Con la LOMCE se recupera una programación de la enseñanza que prevé la asignatura de religión con la alternativa obligatoria de valores éticos. La Educación para la Ciudadanía deja de ser una asignatura independiente y se proyecta como una materia transversal. ¿La transversalidad es suficiente para que la escuela cumpla con la misión de formar ciudadanos comprometidos con los valores democráticos de acuerdo con lo previsto en el Artículo 27.2 CE?

 

No es ese nuestro concepto de Educación para la Ciudadanía y conecto con la respuesta a la pregunta anterior. Es obvio que la formación de ciudadanos responsables, cultos y comprometidos no puede asignarse a una única materia del currículo, pero sin el desarrollo de contenidos concretos y agrupados referidos a cuestiones como respeto, tolerancia, convivencia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, derechos humanos, cooperación y cultura de la paz constituye un elemento fundamental de la educación cívica y, sin ella, la educación de los ciudadanos queda incompleta.

"El desafío de la educación la expreso con una ecuación: Calidad= excelencia + equidad"

El PSOE propone incrementar la educación obligatoria hasta los 18 años, según algunos estudios publicados en la Revista de Educación del Ministerio de Educación Cultura y Deporte (MECD), muchos alumnos desean terminar la etapa educativa lo antes posible para iniciar proyectos laborales o familiares al margen del sistema educativo. ¿Qué los motiva a ampliar en dos años la etapa de escolarización obligatoria? ¿Esta propuesta no reduce las posibilidades de alcanzar el añorado Pacto Educativo que estuvo a punto de consensuarse durante su etapa como Ministro de Educación?

 

Déjenme que precise que lo que se propone es la “universalización” de la educación en el periodo 0-18, que supone garantizar una oferta de plazas educativas públicas suficientes en todas las etapas educativas previas a la universidad. Para la etapa comprendida entre los cero y los tres años se trata de disponer de plazas suficientes en escuelas infantiles que garanticen una educación y estimulación precoz y facilite la conciliación laboral y familiar y el acceso al trabajo de su padre y madre. La escolarización entre los tres y los seis años, aunque no es obligatoria, está prácticamente universalizada ya y casi el 100% de los niños de esa edad están escolarizados. Para la etapa de los 16 a los 18 años la oferta también debe mejorar, especialmente en la Formación Profesional que es incapaz de absorber a fecha de hoy toda la demanda. Incluso para aquellos que decidan acudir al mercado laboral sería preciso tener la posibilidad de recibir formación adicional vía online.

 

Esta propuesta de garantizar progresivamente la escolarización pública de todo el alumnado que lo desee busca lograr una sociedad con mejor educación, más preparada para el mercado laboral pero a la vez más implicada en el desarrollo social.

 

Ángel Gabilondo (San Sebastián, 1949). Entre 2009 y 2011 fue ministro de Educación. Hasta entonces era rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), miembro del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de dicha universidad y presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE). Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid.

 

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